Dià 3
Kate Doyle
Kate Doyle, experta en DDHH, testifica. Ella presta juramento dos veces, una como testigo y una como experta.
Trabaja en el Archivo Nacional de Seguridad (NSA) de la Universidad George Washington y analizó la situación en Guatemala del 1975 al 1985.
Estudió relaciones comerciales internacionales en la Universidad de Colombia (Licenciatura). Empezó en los años 90 con la NSA.
En 1994 empezó con un proyecto sobre Guatemala, conflicto civil y guerra civil. La guerra empezó con un golpe de estado que destruyí la democracia hasta los acuerdos de paz en 1996.
Kate no esperaba que los EEUU tuvieran datos reales sobre este conflicto porque apoyaban al régimen y la CIA ayudó a organizar el golpe. Los EEUU apoyó al país a deshacerse de las personas que veían como rebeldes. Mandaban armas y apoyaban con información, amas y formación militar.
En la preparación para el acuerdo de Paz se firmó un acuerdo lateral entre el gobierno y la guerrilla para organizar una comisión de esclarecimiento. Kate estaba convencida que la Comisión no iba a tener acceso a información relevante. Por eso empezó a pedir información al gobierno de los EEUU. Miles de documentos fueron entregados. Colaboró con Christian Tomuschat para entregar los documentos.
En el 2007 la Justicia belga la contactó, hace mucho tiempo, por eso consulta sus notas durante su testimonio.
Esto no es simplemente un juicio sobre asesinato o secuestro pero sobre DDHH.
¿Por qué personas harían cosas así?
En el 1954 con el golpe de estado el gobierno electo fue sustituido por una dictadura. Luchas García era el prototipo del militar autoritario como dictador. Ejecutó su idea de la doctrina de la seguridad nacional, usando sus tropas contra la población en una campaña despiadada. Cuando inició su período como presidente ya era conocido como un dictador cruel.
En el campo se inició la campaña de tierra arrasada, con el objetivo de extinguir pueblos enteros a través de asesinatos, secuestros y violaciones. Los escuadrones de la muerte eran apoyados por la policía. Típicamente actuaban en contra de estudiantes, intelectuales, jueces, abogados, sindicalistas policías locales y el clero. No se ocultaba, se encontraban los cuerpos.
Buscaba oficiales de alto rango que lo apoyaban. Alvarez, ministro de Interior, y Chupina, el jefe de la Policía Nacional, tenían una red extendida de policías, detectives, informantes y escuadrones de la muerte. No era un plan secreto. Álvarez alababa a los escuadrones que eran anticomunistas, lo llamaba Ley y Orden.
A pesar de que el gobierno de los EEUU estaba apoyando al gobierno de Guatemala, el Consejo Nacional de Seguridad de los EEUU lo calificaba como uno de los regímenes más brutales del mundo. El presidente Carter mandaba embajadores para convencer a Luchas García de mejorar los DDHH. Lucas garía respondió que pensaba seguir y matar a sus oponentes. Los tiempos eran tan obscuros y violentos, habían pocos reporteros, era muy peligroso. Había organizaciones de DDHH como Amnistía Internacional que trataban de dispersar la información. También congregaciones, iglesias y organizaciones religiosas en Europa y los EEUU jugaron un rol importante en sacar información sobre el régimen de Lucas García. La Iglesia se pronunció claramente (en contra). Así la Iglesia se expuso a la rabia del gobierno.
Ese anticomunismo ávido no cayó del cielo, era la doctrina de seguridad de la guerra fría. Fue desarrollada por el gobierno de los EEUU en sus contactos con el gobierno de Guatemala. Se elaboraron manuales en los cuales se definió quiénes eran los rebeldes. No eran los 5000 guerrilleros pero todos lo que eran considerados como una amenaza por el régimen: la iglesia, sindicatos, estudiantes, También todos que simpatizaban con la guerrilla.
La idea del enemigo interno se aplicaba a los seguidores del comunismo internacional pero también a todos los que formaban una amenaza al orden existente. La única forma de para parar la revolución era destruir esos elementos subversivos, El enemigo interno era definido de forma muy amplia, a partir del 1978 las ordenes religiosas se volvían un objetivo mas claro.
El infame plan Victoria , un plan estratégico militar del 1982, dio la orden al servicio de inteligencia militar de contrarrestar los rebeldes. Por eso empezaron a atacar a cooperativas, religiones etc. Fueron llamadas “fuerzas enemigas”: Líderes que pertenecen a la iglesia dominante y que llevan a la gente a tener entendimiento de su situación. La Iglesia era ahora el enemigo. Los crímenes contra los religiosos belgas entran en este contexto. Lucas García miraba a los miembros de la Iglesia Católica de la misma manera como la guerrilla armada porque apoyaban a los pobres. El régimen no sabía manejar la posición de la Iglesia en cuanto a las violaciones a los DDHH.
Históricamente la Iglesia era una fuerza conservadora. Proponía que se debía aceptar la resignación a la vida como explicación religiosa a la situación de pobreza.
La Iglesia empezó a cambiar, el vaticano habló de la importancia de la intercesión social como misión de la Iglesia. Medellín forzó una nueva manera de pensar sobre la situación. La Teología de la Liberación se esparcía, muchas parroquias empezaron a insistir en la hermandad con los pobres. Los obispos se pronunciaban contra el terror de estado. Así la Iglesia se encontró en una posición en contra de los terratenientes, el sector privado y el ejército. Por consecuente el ejército asociaba a los católicos con la guerrilla. Según un documento interno militar la difusión de Teología de la Liberación se usó para promover el marxismo leninismo.
Por lo tanto la persecución sistemática, las desapariciones, las torturas y los asesinatos. Los primeros ataques en la década de 1970 fueron contra los catequistas, el primer sacerdote que fue víctima era un guatemalteco en 1978 en su pueblo. No solo los líderes de la iglesia, sino también los feligreses fueron atacados. Donde hubo resistencia social, la reacción fue mayor. En la costa sur, a finales de la década de 1980, fueron los trabajadores azucareros y algodoneros los que se organizaron para obtener mejores salarios y condiciones de trabajo, apoyados por los belgas y otros misioneros de Scheut. Después de meses de organización, se les dio un pequeño aumento. Nunca se aplicó, muchos miles fueron despedidos y cientos desaparecieron. Los asesinatos de este caso tienen lugar en ese contexto.
En 1980 murió el padre Conrado de la Cruz de Scheut, 11 días después Walter fue baleado y murió. La embajada de Estados Unidos tenía razones para creer que fueron asesinados por los servicios de seguridad del gobierno. También fueron asesinados sacerdotes españoles. La tensión entre la iglesia y el gobierno aumentó, no solo los sacerdotes, sino también los obispos y el Vaticano hicieron reclamos más fuertes. A veces en un lenguaje que era el lenguaje del activismo social. La Conferencia Episcopal del 80 de julio, “profundamente perturbada por la persecución de la Iglesia, llamamos a un diálogo con las autoridades para asegurar la libertad religiosa, un derecho humano”. Lucas García estaba furioso e indignado, advirtiendo públicamente que “involúcrate en salvar almas”. Su ejército actuó más directo con una ola más grande de asesinatos. Estados Unidos hizo un seguimiento, se reunió con funcionarios oficiales guatemaltecos y sus documentos indican que después del secuestro de Paul Schildermans, la embajada habló con los militares y les advirtió que lo dejaran ir.
Más tarde, un funcionario político estadounidense escribió un télex muy enojado y excepcional pidiendo una postura mucho más abierta. Estados Unidos debía dejar de respaldar estas acciones a través del silencio, según él era el colmo de la hipocresía si sabemos la verdad y no la decimos. Lo insólito del télex era su honestidad. La Iglesia comprendió las consecuencias de la ideología del gobierno para la posición de la Iglesia: 200 sacerdotes y monjas huyeron entre 1978 y 1983.
Benedicto Lucas García (jefe de gabinete, hermano del presidente) dio un mensaje al embajador de Estados Unidos. No podía garantizar la seguridad de los líderes católicos extranjeros. Este mensaje fue transmitido por el embajador en una reunión con 2 docenas de religiosos estadounidenses. Había hablado con el presidente, quien le dejó claro que la mayoría de los trabajadores religiosos belgas, estadounidenses y canadienses formaban parte de la rebelión. El mensaje vino de los altos mandos.
En su parte final del informe, la testigo habla de las estructuras del poder y de las cadenas de mando. Si queremos comprobar que el presidente fue responsable del ataque a los religiosos, debe quedar claro cómo sus subordinados estaban dispuestos a ejecutar el ataque. Revisó la Constitución y los diversos decretos para ver cómo operaba el jefe de Estado. También revisó los documentos militares internos que imponían lo que era la cadena jerárquica. Está muy claro que este ejército (como la mayoría de los ejércitos) opera con una jerarquía rígida y explícita desde el presidente hasta los soldados. Este imperativo de mando y control se puede ver en la documentación del Ejército.
El manual define las operaciones militares durante el gobierno de Lucas García. Todas las decisiones debían tomarse dentro del contexto de la estructura jerárquica del ejército. “Es fundamental que los canales de autoridad estén claramente definidos”, el éxito del Ejército depende de la organización y disciplina del Ejército. El gobierno siempre usó como excusa que los asesinatos siempre eran perpetrados por individuales o desquiciados. Sin embargo está comprobado que las acciones se realizaban dentro de las estructuras, con el conocimiento de los superiores. La policía nacional, bajo el mando de Lucas García, entre otros, estaba bajo el control del ejército. En el archivo de la policía, la señora Doyle buscó miles de documentos. “Los documentos confirman que había una jerarquía entre la policía y el ejército, y que la policía tenía que estar incondicionalmente al servicio del ejército, ¡ a menudo se pasaba por alto la jerarquía normal!
También movilizaban escuadrones de la muerte. Estos grupos clandestinos secuestraron, ejecutaron y torturaron a los “insurgentes”. Fingían ser grupos de extrema derecha independientes del gobierno, pero eran instrumentos del régimen para matar en lugar del gobierno para proporcionar a este último una posibilidad de negar estar implicado. Lo vemos en los documentos sobre los escuadrones de la muerte, en un télex de la embajada de Estados Unidos: Lucas García ha aprobado el uso de escuadrones de la muerte por parte de los servicios de seguridad. La Comisión de la Verdad también tiene amplia información sobre el uso de escuadrones de la muerte por parte del régimen. Los primeros traficantes de la muerte en 1960 fueron grupos criminales que contaban con la tolerancia del Estado, pero luego obedecieron al ejército y aún más tarde estaban conformados por miembros del ejército. Como dijo la Comisión de la Verdad, muchos de estos grupos que aparecieron como “Ojo por Ojo” y “La Mano Blanca” fueron nombres temporales de unidades militares clandestinas para eliminar a los supuestos miembros y aliados de la subversión.
Los manuales siguieron siendo los mismos durante de la década de 1970, pero a partir de la década de 1980 se mencionó explícitamente a la iglesia. El genocidio comenzó bajo Lucas Garcia. Hubo un juicio nacional contra Ríos Montt para el período desde 1982 en adelante, pero aún no ha habido un juicio contra los miembros del gobierno de Lucas García, se levaría a cabo el próximo año.
¿Cuáles eran las estructuras de poder dentro del gobierno, a la cabeza del presidente, que son los siguientes en la cadena de mando?
Kate Doyle responde a través del informe: Hay 2 documentos: la constitución de 1965 y el decreto 1782. Eel presidente es el comandante en jefe en el art 216 del código civil. El decreto de 1782: da la jerarquía y las funciones del ejército. Este decreto lo regula todo. Jerarquía: Presidente, Ministro de Defensa, Viceministro de Defensa, Jefe de Estado Mayor, Estado Mayor Especial… El Presidente, junto con el Ministro de Defensa y el Jefe del Estado Mayor, son el mando supremo. Los miembros del ejército deben ser obedientes, estos son oficiales, tropas especialistas (civiles en el ejército). Estos documentos explican el carácter jerárquico institucionalmente reglamentado del ejército, lo que es importante para el caso. El rol de la policía y del ejército no está en explicitado en leyes pero se puede analizar a través de otros documentos.
Hay varias fuentes que hablan sobre las tácticas de Lucas García, con una gran riqueza de detalles y modus operandi. El informe de la verdad, el informe Rhemi, Amnistía Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, los informes de televisión y los testigos presenciales describen los métodos de caza de las personas y estos métodos son muy consistentes. Kate Doyle ha leído todo, un resumen: la inteligencia militar trabajó con unidades operativas con informantes, escuchas telefónicas y vigilancia para crear listas negras. Para las redadas, las incautaciones, los secuestros, los interrogatorios, las torturas, se utilizaron las diversas tropas de choque. Usaban ropa de civil, autos comunes, máscaras, placas cubiertas, pero las armas y el equipo de radio indicaban que era el ejército. Se hacían pasar por civiles, pero eran militares. Para los interrogatorios y la tortura, utilizaban prisiones secretas. Si los cuerpos maltratados no se dejaban como advertencia, los cadáveres se dejaban en lugares secretos para aumentar la desesperación de los familiares.
Se han creado pocos documentos sobre estas actividades ilegales (por los actores). Arredondo es bien conocido por su papel en el incendio de la embajada española en 1980. Tenía que ver con los campesinos quiché. Protestaron porque les habían quitado sus tierras, y ocuparon la embajada, el embajador español en ese momento habló con ellos, y no pidió ayuda para desalojarla. García Arredondo envió una falange de policías, atacaron la embajada, lanzaron bombas incendiarias dentro de la embajada. Durante ese ataque, en contra de los deseos del embajador, la embajada se quemó, a excepción de 2 personas, todos murieron en ese incendio. Finalmente, en 2015, organizaciones de derechos humanos lograron una condena para Arredondo. Y en 2012, fue condenado por la desaparición de un estudiante. Edgar Ciens Caillto, a 70 años de prisión.
El Grupo G2, el servicio de inteligencia militar, es una estructura tradicional en los ejércitos occidentales, especialmente en los Estados Unidos. Los EEUU y Guatemala lo crearon juntos desde 1960. En Guatemala, esa rama se convirtió en una superpotencia, la unidad controladora durante la guerra civil. Callejas y Callejas fue uno de los hombres más poderosos de Guatemala como jefe del G2. Los jefes de G2 y C6 podían despedir, dar órdenes de no ejecutar etc… Álvarez Ruiz y Chupina solo trabajaron para Lucas García, pero Benedicto Lucas García y Aníbal también aparecieron en el caso de genocidio en España. El caso español se ha detenido porque el gobierno de Guatemala decidió procesarlos ellos mismos, pero solo lograron atrapar a Ríos Montt y a su jefe del G2.
En conferencias de prensa, el presidente y su hermano, el ministro de Defensa, declararon que “la mayoría de los empleados religiosos belgas, estadounidenses y canadienses participaron en las actividades guerrilleras”. En 1981, el padre Fernández (sacerdote español) fue asesinado a tiros en el Quiché, un portavoz del ejército declaró en la televisión nacional que “el sacerdote y su orden (el Sagrado Corazón) habían estado difundiendo la ideología subversiva entre los campesinos durante años”. Como resultado, han sentenciados a sí mismos por su participación. La estrategia absoluta del régimen era aterrorizar, tanto a través de apariciones televisivas como dejando cuerpos maltratados en las calles, dos métodos, la misma estrategia. Luis Eduardo Pellecer, un jesuita que afirmó haberse unido a la guerrilla, fue secuestrado por el ejército en 1981, y meses después de su secuestro describió en conferencias de prensa escenificadas en las que explicó la subversión. Se utilizó para conectar a la iglesia con la subversión.
¿Era el ejército una escuela de asesinos?
Kate Doyle nunca ha hablado con nadie que lo haya dicho así, pero hay mucha documentación que lo respalda. Había una escuela en el Petén de la cual hay testimonios que allí se enseñaba a los soldados a torturar, secuestrar y matar a los “subversivos”. Aunque en el caso belga no hay ninguna referencia a esta escuela, estos soldados estaban por todo el país. Ha habido otros juicios sobre otros delitos en los que se ha mencionado a esta escuela. Había listas de asesinatos programados con listas de personas prominentes y del ms alto nivel. Tengo pruebas directas del gobierno de Estados Unidos sobre esas listas de muertes. Estos se utilizaron para encargar los asesinatos a los escuadrones de la muerte (instrumento del régimen) pero estas listas fueron, en este caso por un presidente anterior, y fueron aprobadas por el presidente Lucas García. Para períodos posteriores Sra Doyle no vio documentos parecidos pero espera que también existían en el caso de Lucas García. Todavía no han sido desbloqueados. Hay una práctica.
En el caso Theyssen, Lucas García fue condenado por el concepto de Empresa Criminal Conjunta (JCE) en 1981. El “tribunal de alto riesgo” dictaminó que para lograr los objetivos, los funcionarios superiores e inferiores estaban capacitados en la doctrina de la seguridad nacional, esto repercutía en todo, había que destruir al “enemigo interno”. Los manuales se distribuyeron a todos los soldados según su rango. Utilizaron un sistema ilegal, clandestino, minimizaron la administración para no dejar rastro y salir impunes.
Ante el JWC, el superior jerárquico es penalmente responsable de no haber realizado comprobaciones suficientes si disponía de la información y no hizo razonablemente lo que estaba a su alcance para impedirlo, o para que se iniciara una investigación.
Conclusión sobre la responsabilidad militar: Las órdenes generales del gobierno guatemalteco, que especifican qué oficiales reciben qué asignación y dónde deben desempeñar sus funciones, también establecen los castigos que recibieron los soldados y por los cuales fueron castigados. Para el período 1978-82 Kate Doyle probablemente leyó 200 de ellos, y a menudo los soldados son castigados, por embriaguez, acostarse con su novia fuera de la base, robar un arma. Pero ni una sola referencia por violación de los derechos humanos. Indica cómo los militares vieron lo que eran los crímenes, pero también es en sí mismo una forma de ocultar la situación. Se daban castigos por delitos tontos, pero el genocidio, los asesinatos en masa no aparecían en ellos, y en ese sentido esos mismos documentos son un encubrimiento. La falta de intervención es una prueba de la JCE. Según las estadísticas de la Comisión de la Verdad, el 93% de las violaciones a los derechos humanos eran atribuibles al ejército, el 4% no podían ser atribuidas y el 3% a la guerrilla. Pero realmente no se puede llamar guerra civil, en su apogeo la Guerrilla tenía 5000 personas. La desproporción en el uso de la fuerza contra esta guerrilla también peligrosa era total. El gobierno también ha atacado a una gran parte de sus ciudadanos.
14:54 Michael McClintock
Michael McClintock, 1 de julio de 1950, pág. 73, Derechos humanos desde 1974. Es experto en la situación en Guatemala: Maestría en Wisconsin en 1974 (Estudios Iberoamericanos) sobre violencia política y derechos humanos en América Latina. Y en 1974 investigador para Guatemala y otros 14 países de América Latina. Comenzó a trabajar para Amnistía Internacional (AI). Fue a Guatemala y se puso en contacto con sindicatos, organizaciones estudiantiles, organizaciones religiosas, organizaciones políticas y cualquier persona interesada en los derechos humanos y los presos políticos. En Guatemala no aprisionó a ningún preso político, fueron desaparecidos o asesinados. Teníamos que encontrar una nueva forma de tratar los derechos humanos en Guatemala. para que se vieran como una violación de los derechos humanos, primero había que reconocer que los crímenes eran cometidos por la policía o el ejército. Esto siempre fue negado.
AI comenzaron a comunicarse con varias organizaciones que denunciaban violaciones a los derechos humanos. Cuando Michael regresó a Londres, resultó que había suficiente información sobre personas que fueron detenidas pero no se volvieron a ver y los miembros de AI se movilizaron para denunciar la situación. En 1982, AI tenía unos 500.000 miembros en 150 países de todo el mundo y 42 capítulos nacionales. Trabajó para el Departamento de Investigación Latinoamericana. Una vez identificada la amenaza a los derechos humanos, se vio dónde intervenir.
Debido a que el peligro para los arrestados era tan grande desde el comienzo del arresto y debido a que podían ser torturados o desaparecer, se establecieron canales rápidos de comunicación con las organizaciones sindicales y las iglesias. La red de acción urgente todavía existe. Para poder actuar rápidamente en situaciones urgentes, siempre estaba disponible. En ese momento, el sistema más rápido era el télex. Por ejemplo, podía enviarse a 43 agencias de una sola vez. Luego se enviaban telegramas o cartas expresas a las embajadas de Guatemala desde estas oficinas, pero también a la prensa y a la propia Guatemala.
También se hicieron breves reportajes de los hechos. En 1976 se hizo un resumen de los casos que indicaban que se trataba de acciones del gobierno. Ya en ese momento estaba claro que la policía uniformada y el ejército estaban involucrados en asesinatos y desapariciones (ejecuciones extrajudiciales). Las cifras fueron excepcionales, en 1976 encontraron 8000 asesinados entre 1968 y 1970. Después de 1970, al menos más de 3000. En 1976 se le preguntó al Ministro del Interior cuántos habían sido detenidos y cuántos habían sido juzgados. “Ninguno”, era la respuesta. Los guatemaltecos eran más bien hábiles para escapar del sistema legal. “Los subversivos y criminales fueron asesinados por civiles y eso no es nuestro problema”, fue la actitud.
En un incidente, un estudiante fue desalojado y los perpetradores tenían identificación militar o de inteligencia. Dicha información completaba el rompecabezas de que la responsabilidad recaía en el gobierno. En 1979, se le permitió realizar investigaciones privadas con dinero de la Fundación Ford.
¿Había cambiado algo? ¿Hay alguna causa para el cambio, cuándo fue?
Para ello, Michael revisó microfilmes de periódicos guatemaltecos, de 1964 a 1968. Hubo un cambio en marzo de 1966 casi de un día al otro. Antes de marzo de 1966, en Guatemala había presos políticos reconocidos (sindicales, etc.), muchos fueron encarcelados, otros huyeron, etc. En una sola noche en Marzo de 1966 28 personas (“los desaparecidos”) fueron detenidos y desaparecidos. Desde entonces, no ha habido presos políticos.
El contraterrorismo llegó en julio de 1966. El nuevo gobierno inició una campaña de contrainsurgencia, con encarcelamientos masivos que resultaron en muchas desapariciones y muertes.
¿De dónde salió esto?
El término “contraterrorista” provenía supuestamente de las así llamadas organizaciones “de derecha”, pero en realidad provenía del ejército estadounidense. El manual de 1983 dice que la “lucha contra el terrorismo” es el terrorismo de Estado contra el terrorismo. Era una política. Las declaraciones del alto mando del ejército indicaron cómo se trató a los insurgentes, no se consideraba un delito. Las fuerzas de seguridad estaban bajo el control del ejército. Cada servicio de seguridad tenía su propio servicio S2 que dependía del D2 y que llegaba al Presidente. Uno de los documentos de los Estados Unidos es un organigrama. El Centro Regional de Información, también llamado archivo, es donde sucede todo, según el alcalde de la Ciudad de Guatemala.
Esta información era muy importante para Amnistía Internacional: había un mando supremo que se encargaba y a donde también iban los mensajes de la IA. Pero también fueron enviados a la Comisión Interamericana y a los mecanismos de derechos humanos de la ONU. En la ONU, los abogados de AI también trabajaron con agencias de la ONU para trabajar por un marco de derechos humanos, siguiendo el modelo de Guatemala y Argentina con las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales, que ha servido de inspiración para las normas internacionales que siguen vigentes en la actualidad.
De 1980 a 1982 hubo múltiples informes, para entonces la AI sabía lo suficiente como para indicar quién era el responsable, se hizo un programa. Se entrevistó a un soldado que indicó cómo fueron entrenados para matar a personas que eran percibidas como insurgentes. El vicepresidente Villegran Cramer confirmó que las listas de personas a eliminar en el sindicato, la política o el clero se elaboraban en el alto mando del gobierno y el ejército. Allí se decidía quién iba a ser era ejecutado, a veces esto lo llevaba a cabo la policía, pero la responsabilidad recaía en la cúpula. Ya no se culpaba a los civiles por las muertes pero la violencia se mantuvo.
La doctrina militar era el software del equipo militar, la dirección dada a los asesinatos. La definición del enemigo y cómo lidiar con ese enemigo. Esta era una doctrina de la guerra fría. La presencia de enemigos internos representaba una expansión de la Unión Soviética, por lo que el Estado podía actuar sin un límite legal. En este caso, la forma en que los militares veían a la iglesia es esencial, los militares veían a la iglesia como un enemigo interno en esta guerra fría. Y todos los medios estaban permitidos. Así se desprende de las declaraciones públicas del presidente Lucas García, donde indicaron quién era el enemigo. Y qué era un rebelde. Y cómo se trataba a las comunidades básicas de los agricultores. El trasfondo de esta visión de la iglesia como enemiga fue central en esta historia, más donde que hubo una duplicación de 300 a 600 misioneros (en el Quiché, Alta Verapaz y Huehuetenango).
Los belgas estaban en el sur. Todos los años, los pobladores del altiplano iban a trabajar al sur para la zafra azucarera. Buscaban una mejora en las condiciones de trabajo. Las organizaciones sindicales querían encontrar mejores condiciones de vida, haciendo frente a la industria. Cualquier organización que quisiera mejorar la situación y no estuviera bajo el control del ejército era vista como insurgente. (venta de productos propios, organización de créditos, educación) Los catequistas fueron las primeras víctimas, incluso antes de que los religiosos fueran atacados. Las principales órdenes religiosas que cooperaron con los campesinos fueron las primeras en recibir una advertencia. En noviembre de 1976 en el Quiché fue asesinado el primer sacerdote, soldados derribaron su avión del cielo.
En octubre de 1979, el sacerdote español de la Congregación del Sagrado Corazón fue asesinado por haber organizado sistemas de crédito (llamados comunistas) . Esa congregación se fue. En el mismo período, 3 sacerdotes españoles fueron asesinados. Esto está en el trasfondo de lo que les sucedió a los sacerdotes belgas. Fueron amenazados, el contexto de su asesinato y desaparición fue la acción por los trabajadores y el conflicto social. 17 personas del sindicato tuvieron una reunión en el centro Emaús de Escuintla de los belgas que fueron secuestrados por el ejército y la policía. Los diarios militares de 1983-1984 muestran que la iglesia era vista como el enemigo. Eran vistos como una fachada para los insurgentes.
Otros materiales en estos registros históricos también reportaban sobre la vigilancia que se ejercía sobre los religiosos.
En la documentación fechada el 8 de mayo de 1980 dice que es importante estar atentos a lo que hacían los religiosos, porque era una situación comunista como en Huehuetenango.
¿De dónde proviene la información?
Informe policial de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala. Disponible en Internet, otra fuente es el plan operativo “Plan Victoria 1982”. Había caminos paralelos para la represión, el comandante local no siempre sabía lo que estaba pasando, pero se evitaban los enfrentamientos entre las fuerzas especiales y las unidades locales. Si el comandante local pensaba que un granjero común estaba haciendo algo mal, era eliminado sin intervención jerárquica. Por ejemplo, 5 personas fueron asesinadas porque se juntaron para jugar baloncesto.
Los sacerdotes extranjeros eran una alta prioridad y, por lo tanto, eran controlados desde arriba. También fueron mencionados por su nombre por Lucas García. El asesinato de sacerdotes es también un problema importante para las relaciones internacionales. El ministro del Interior, Donaldo Álvarez Ruiz, reportaba a los militares, estaba a cargo de la policía, y era la cara pública de la represión, a través de sus comunicados de prensa daba estadísticas de quiénes habían sido asesinados, que eran subversivos/malas personas e indicaba que la policía no tenía nada que ver con eso, pero la información, incluida la foto, era distribuida por la policía.
Los escuadrones de la muerte fueron utilizados como excusa, como la mano blanca, como si no tuvieran nada que ver con el ejército y la policía, se tardó un tiempo en descubrir que no eran independientes. Los aviones que lanzaban panfletos despegaron de bases militares. Cuando se arrestaba a personas de los escuadrones de la muerte, quedaba claro que eran soldados. Organizaciones fantasmas que sirvieron de pantalla para los militares. Después del golpe, se encontró papel de la ESA (Ejercito secreto Anticomunista) y de las Escuadrones de la Muerte en la oficina del ministro, impreso allí.
Los guerrilleros asesinaban gente, secuestraban gente, probablemente no torturaban.
17:00 Descanso
17:25 Reanudación
La campaña de prensa contra la iglesia fue realizada por el presidente. La embajada de Estados Unidos está convocando a los religiosos extranjeros y advirtiéndoles y esto se puede leer de 2 maneras: o es una advertencia y está de acuerdo con el régimen o es para decir “¿no es terrible?”. Pellecer fue utilizado como una herramienta de propaganda por el gobierno para indicar que la iglesia estaba conformada por insurgentes.
El adoctrinamiento era parte de un contexto global, un soldado explicó que si le ordenaban matar a su padre, tenía que hacerlo, después de todo, estaba perdido de todos modos. Había una disciplina total, si no cumplías las órdenes te mataban a ti o a tu familia. Álvarez Ruiz estaba detrás de la ESA y la EdlM, el hecho de que el nombre de Álvarez Ruiz estuviera en una lista de la muerte era probablemente propaganda. Ni un solo miembro ha sido arrestado. En general, la policía trabajaba en la capital, en el campo era el ejército. En 1980 con los 17 sindicalistas en Escuintla estaba el ejército y la policía. Si era importante, los militares estaban involucrados.
La Policía Nacional y los Detectives y el Comando 6 era una especie de unidad de élite “SWAT” para las redadas. C6 funcionó independientemente de las unidades locales. Si había algo que había que hacer en el campo para aprehender a los insurgentes era C6. No se procesaba a ninguna gente de la ESA.
¿cómo conocía la policía las estadísticas entonces (Mas de 3000 muertes en 9 meses (reportadas por la policía))?
Simplemente porque la ESA era solo una organización fantasma y fue la policía y el ejército los que lo hicieron. El centro de comunicaciones se encontraba en la residencia presidencial. Había una red, la externa hacia otros países de América Latina y Estados Unidos, y además internamente, allí se recogía la información. Amnistía Internacional también era una organización subversiva según el gobierno guatemalteco, él es consciente de ello y está orgulloso de ello.
El vicepresidente que había huido conocía el centro de comunicaciones, pero no tenía acceso a él. Lo mantuvieron deliberadamente fuera de todo. Era un socialdemócrata y académico de prestigio y no participó, dijo eso, se fue. Tiene el beneficio de la duda de que él no estaba detrás del sistema.
¿Estaban registrados los extranjeros, especialmente los sacerdotes, había archivos con fotografías? No sé.
Si se encontraba a alguien en la lista, el bajo nivel de la policía no tenía poder para tomar medidas, esperaraban a la jerarquía, pero en las ciudades se garantizaba que un equipo especial no se viera obstaculizado por un equipo local. Eran las típicas órdenes directas, hacer esto y sabían cómo hacerlo. El miembro del jurado pregunta sobre la objetividad de Barahono. Los hechos eran correctos, su historia fue compartida en todo el mundo, nunca cuestionada, fue confirmada por otras fuentes.
¿Alguna vez la jerarquía eclesiástica en Guatemala o Roma trató de ayudar a los sacerdotes?
El cardenal en Guatemala no ayudó, Roma sí, sino que optó por retirar a la gente. La casa del obispo Gerardi fue atacada a tiros con una metralleta. El cardenal no ayudó, en 1990 fue reemplazado, el nuevo cardenal inició la investigación y ese fue el punto de inflexión.
18:23 Suspensión